Alfonso Hurtado Quispe, "amigo, colega, compañero de lucha..."

Por: Julian Quispe Pineda.

Acuarela de Alcides Catacora.

La amistad es un valor que se forja a través de la actitud positiva y con confianza entre las personas, se afianza en el tiempo, se corrobora las buenas acciones que ejercemos, valoraran y generaran conceptos de bien o mal, falsos o verdaderos, bello o feo, son nuestras acciones realizadas en la vida las que cuentan, serán puestas en la balanza del tiempo, el que juzgará cuanto de bien, de verdad, de bello hemos realizado.

Alfonso Hurtado Quispe, amigo, colega, compañero de lucha por querer ver una escuela de arte con nivel superior y ver tan pronto en ser una universidad de arte. Sueños y sueños que se hacen realidad con el esfuerzo, trabajo tesonero y sacrificio. Así soñábamos cuando estudiantes fuimos allá por los ochenta donde toda la institución nos respaldó, toda Arequipa estaba con la escuela, hasta tuvimos que tomar como rehén a un funcionario de Lima para que tomen en cuenta nuestras peticiones. Gracias don Gabino Arenas que viejo tan sabio con ser albañil nos daba lecciones de liderazgo y confianza. Igual tu Alfonso te atrincheraste en el centro estudiantil y desde ese lugar ejercías tu mando escribiendo en el pizarrín  las demandas de la escuela. Dejaste el mandil blanco para dar forma a la arcilla y contribuir en engrandecer a nuestra escuela como fruto es el  D.S. 037 del año 1986 que eleva a nivel superior a las escuelas de arte para otorgar el título de artista profesional y profesor de educación artística. Gracias a esos títulos que otorga la escuela, las nuevas generaciones trabajan en la escuela y en los colegios en primaria, secundaria y superior a nivel nacional, donde muchos se  nombraron.

Por segunda oportunidad el destino nos unía, ya no como estudiantes sino como colegas en nuestra recordada escuela. Que alegría la mía por estar nuevamente y emprender los viejos proyectos por querer mejorar la escuela y lideraste con confianza junto a otros profesores y estudiantes. Nos amanecíamos preparando documentos y proyectos que sustentaban el derecho y la necesidad del nivel universitario  para que le escuela otorgue el grado de bachiller y titulo de licenciado para todos. Eso costó mucho esfuerzo y sacrificio, mucho trabajo y economía de algunos profesores, donaciones de obras de arte de colegas y amigos, para las gestiones en la ciudad de Lima durante dos años, en especial la participación de los estudiantes encabezado por el dirigente estudiantil Jorge Paco Monteagudo. Gracias a tu liderazgo se logró la Ley 29853 y la creación de las nuevas carreras profesionales y especialidades.

Todo lo hiciste para que la Escuela sea grande, para que Arequipa prepare a sus gestores culturales en arte y contribuya a la identidad cultural del país. Eso es bueno, claro es grandioso, pero que pena algunos bacaflorinos no comprendan o no tengan la claridad acerca de la función social del arte y el acto humanizante que representa, además es liberadora de la esclavitud y la ignorancia. Los funcionarios de nuestro sector son faltos de sensibilidad artística  y social. Para reflexionar y mejor comprender llamaré a la sabiduría  popular:

“El camino se hace al caminar”

“La carga se arregla en el camino”

“Los pueblos se levantan del suelo desnudo”

“La hoja vacía se llena graficando con nuestras huellas”.

Que la muerte del profesor Alfonso Hurtado Quispe sea para unir fuerzas, energías positivas, esperanzas y un nuevo porvenir brillante para las futuras generaciones y Arequipa que nuestra escuela camine con calidad formativa y muy pronto cuente con una universidad de arte.

Tus sueños profesor Alfonso, seguro que las generaciones venideras sabrán cristalizar. Que nuestra madre tierra te cuide, los achachilas te invitaran a sentarte en el sillón de la vida y relatarás tus hazañas. En el fondo escucharas el sonido de las zampoñas de lata de tu tierra Cairani tocando el pocito de plata. Tu papá te abrazará y te querrá hablarte en su aymara, justo en ese instante recordarás a tus amigos  sikuris y querrás levantar una zampoña para tocar melodí, recuerdos de los buenos momentos vividos.

Amigo descansa,  ya hiciste  lo  suficiente, descansa, descansa en paz, tus hijos llevarán las lecciones  de tu ser y brillarán con luz propia. Tus amigos recordando en su nostalgia lloraran, Francisco Mendoza tu compañero de aula, José Luis Cayo tu pupilo, y otros; los estudiantes a quienes con mano mágica tocaste con palabras de maestro recordaran con amor.

Alfonso, tu vida ha sido loable.

Tú muerte nos ha entristecido.

Tú pasión energiza.

Por siempre presente, Alfonso Hurtado Quispe.

Cuando un maestro muere, ¡Nunca muere!.

Por siempre Alfonso.

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