10 años despues...


Hasta el año 2011, casi todas las escuelas de arte del Perú estaban incluidas en los alcances de la ley universitaria para otorgar grados y títulos universitarios. La entonces ESFAP Carlos Baca Flor parecía resignada a vivir en la parsimonia de quienes temen enfrentarse a los cambios que todo desarrollo demanda. En medio de ellos, un hombre llamado Alfonso Hurtado Quispe llevaba en sus espaldas la responsabilidad que la historia, una vez más le había encomendado. Así lo conocí, tocando puertas del Gobierno Regional y de la Gerencia Regional de Educación, siendo oído pero jamás escuchado, muchas veces burlado y ninguneado, mientras el legítimo derecho de que nuestra escuela sea reconocido en el nivel universitario se esfumaba, en medio de acusaciones de que quería cambiar las leyes para eternizarse como director y con sarcasmo lo apodaron "el rector".

En medio de esta absurda realidad, un reducido grupo de docentes, administrativos y estudiantes encabezado por él como director, trabajamos casi clandestinamente durante 2 años en la documentación que sustentaba que nuestra escuela debía ser reconocida de nivel universitario y en la posterior adecuación de los planes de estudio. Y digo clandestinamente, porque para muchos el desarrollo significa un atentado a su apacible existencia y porque las grandes gestas se trabajan en silencio, lejos de las eruditas observaciones de quienes sus palabras no se reflejan en sus acciones.

Sin presupuesto y sin apoyo oficial, dejando nuestras familias de lado, costeando con nuestro propio peculio los viajes a la ciudad de Lima para las reuniones y sustentos ante el Congreso de la Republica y luego ante la ANR, logramos el 2012 obtener la ley 29853, y un año después obtuvimos la resolución de la ANR que declaraba la adecuación de 4 carreras universitarias con 8 menciones.

Cuando en el 2013, lograron sacar al Profesor Alfonso de la dirección, quedó truncado el proceso de adecuación académica al régimen de la ley universitaria. Tanto es así que a la fecha, solo por citar un ejemplo, se forman estudiantes que obtienen grados y títulos universitarios con docentes aun no lo han obtenido, porque los directores sucesores heredaron una joya preciosa, que en vez de sacarle lustre y beneficios a favor la escuela, la terminaron enlodando hasta atreverse a cuestionar la legalidad y validez de lo logrado.

Años después, el 2019, los egresados que luchamos y trabajamos para obtener el nivel universitario, viendo casi perdida la esperanza de que se organice un programa de complementación que favorezca a los egresados anteriores a la vigencia del nuevo estatus académico, tendimos puentes para que el entonces director Ronal Sarmiento encargue su ejecución al Prof. Alfonso Hurtado, salvando sus diferencias y conocidas disputas por el liderazgo. 

Nuevamente acudí a la convocatoria del profesor Alfonso, para apoyar en la elaboración del proyecto de la COMPLEMENTACIÓN CURRICULAR y una vez aprobado, nos pudimos matricular y volver a las aulas bacaflorinas reconocidos por fin, por la Sunedu, como estudiantes universitarios.

Hasta que llegamos a esta fecha de graduación, que debería ser un acto recurrente en la institución, pero no lo es. Existen sentimientos encontrados. Podemos estar contentos porque hoy nos llevamos un grado académico universitario merecido después de 5, 6 o 7 años de estudio, y después de muchos años de espera, que al verificar su registro oficial en la plataforma de la Sunedu nos llena de orgullo el haberlo obtenido. Al mismo tiempo estamos con la satisfacción a medias porque muchos compañeros egresados aún no ven cristalizado este, que no solo es un sueño, es también un derecho y una necesidad, porque después de haber culminado los estudios, no logran contar con el grado académico de bachiller porque su trámite significa frustración y desesperanza ante la lentitud y negligencia en los actos de administración interna.

Hay mucho por hacer y queda el gran reto para la dirección actual, hoy somos solo 34 y están aún en espera muchos de nuestros compañeros estudiantes tanto de la modalidad regular y de la complementación.

Ustedes compañeros graduandos, son dignos de toda felicitación por que nunca perdieron la fe y no se sometieron ante las infames pretensiones de caos e incertidumbre. Hoy podemos decir que valió la pena confiar y esperar. Una vez más comprobamos que la unidad, el esfuerzo y el trabajo constante son ingredientes para lograr los cambios y el desarrollo. Hoy volvemos a estar juntos, como hasta hace más de 10 años que estuvimos juntos en jornadas de gestión, en amanecidas de trabajo y también en horas de lucha, de huelga y protesta; buscando que las carreras de la escuela con 5 años de estudio y 220 créditos sean reconocidas como carreras universitarias. Más de 10 años después, al recibir nuestro grado académico de bachiller, podemos decir que lo hemos logrado.

Mi gratitud a los maestros y amigos. Al actual director Elías Chávez y a la profesora Rosa Urquizo que han recibido el legado de trabajo y gestión, y tienen en sus manos el gran compromiso de concluir la adecuación académica de la institución y consolidar el nivel universitario. Este es un gran paso.

Dedico, a la memoria de los compañeros que iniciaron con nosotros el programa de complementación y no la concluyeron porque la muerte se los llevó temprano. Jaime Antillaque Carnero, Julio Fuentes Mattus, Alfonso Hurtado Quispe, Ronal Sarmiento Chirinos y Jorge Fernández Zegarra.

Discurso de graduación a cargo de Jorge Paco Monteagudo.
Escuela Nacional de Arte Carlos Baca Flor de Arequipa.
26 de setiembre del 2023.

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